En este artículo se conceptualiza la frontera como una tecnología biopolítica que divide y controla a la población en favor del desarrollo sostenible.
The following article conceptualises the border as a biopolitical technology that divides and controls the population in pursuit of sustainable development.
Desde que el expresidente Felipe Calderón declaró la guerra contra el crimen organizado,
La guerra contra el narcotráfico ha dejado un saldo de 855 fosas clandestinas encontradas durante nueve años, de las cuales se han exhumado 1 548 cuerpos.
De acuerdo con un informe elaborado en 2016 por el International Institute for Strategic Studies de Londres, México ocupó el segundo lugar con más muertes por situación de guerra, sólo después de Siria, con 23 000 decesos contabilizados.
La pobreza urbana se materializa con mayor frecuencia en los asentamientos humanos “informales;” sin embargo, no puede decirse que todos sus habitantes son pobres ni que existe una sola tipología espacial.
De acuerdo con el mítico reporte de la ONU-HABITAT
La gestión del desarrollo y la lucha contra la pobreza están a cargo del Estado. Éste, al menos en su discurso, busca la sofisticación de las políticas de inclusión y reducción de carencias mediante “una coordinación eficiente y efectiva de las políticas y programas públicos que inciden en las condiciones de vida.”
Los discursos sobre los asentamientos informales inician con las preocupaciones sanitarias, patológicas y sociales de la ciudad industrial victoriana. Fue Thomas Malthus quien estimó que la pobreza “era consecuencia de un crecimiento aritmético de los alimentos y otro geométrico de la población.”
En la década de 1950, la periferia de la Ciudad de México se vio inundada por miles de campesinos atraídos por su crecimiento económico centralizado, producto de la industralización por sustitución de importaciones. Los asentamientos conocidos como colonias populares albergaban a casi un cuarto de la población de aquella ciudad capital. El alcalde en turno, Ernesto Uruchurtu Peralta (1952-58 y 1964-66), arremetió contra los paracaidistas mediante desalojos masivos, los cuales reflejaban la postura de numerosos capitalinos, quienes culpaban a las masas de migrantes, pobres e indígenas por la destrucción material y social de la ciudad. Sin embargo, y a raíz del violento desalojo de la colonia Santa Úrsula en septiembre de 1966, Uruchurtu fue destituido por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, cuyas estrechas relaciones con el capital extranjero y los especuladores de tierras se tradujeron en políticas de tolerancia para la periurbanización.
En México sólo se atendía la pobreza por medio de beneficencia pública. Fue hasta el periodo de Luis Echeverría Álvarez (1970-76) que se incorporó en el discurso oficial “una concepción más amplia de la pobreza por la medición.”
Las relaciones entre el poder represivo del sistema político mexicano y la fuerza comunitaria de los paracaidistas deben analizarse en el contexto de un mecanismo capaz de controlar e incluso integrar a sus filas cualquier manifestación social. Las invasiones se realizaban mediante la figura del cacique, quien mantenía estrechas relaciones con las autoridades locales. De hecho, esta forma de crecimiento urbano no sólo aseguraba lealtades políticas y control social de los sin techo; también generaba ganancias económicas, pues activaba el mercado de tierras y afianzaba las redes populares del Partido Revolucionario Institucional.
Durante la década de 1980, la intervención de instituciones internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional provocó desgarres en las economías locales de los países en desarrollo, lo cual forzó a la población a implementar estrategias informales de supervivencia. En la década siguiente, el banco referido auguró una pobreza urbana que representaría el mayor problema político del milenio que estaba por iniciar.
Lo que empezó como una campaña de legitimación electoral, muy pronto se convirtió en una agresiva militarización del espacio público. La presencia de retenes militares en las ciudades fronterizas del país se transformó de golpe en “ejecuciones extrajudiciales de las que fueron objeto incluso familias que no se detenían en los puestos de control.” De tal suerte que la población sitiada por las fuerzas armadas que ocupan el espacio cotidiano del centro comercial y de las avenidas, hasta la fecha, es sistemáticamente aterrorizada y sufre de abusos.
Amnistía Internacional reveló que tanto las fuerzas armadas como los policías habitualmente violan a mujeres, quienes son capturadas como presuntas criminales:
100 mujeres recluidas en prisiones [...] habían sufrido tortura [...] algún tipo de acoso sexual o abuso psicológico durante su arresto e interrogatorio a manos de policías municipales, estatales o federales o de miembros del ejército y la marina [...] la mayoría de las mujeres encarceladas [...] dijeron que habían sufrido tocamientos, manoseos y otros abusos sexuales así como palizas y descargas eléctricas durante el arresto y el interrogatorio. Prácticamente todas han sido acusadas de delincuencia organizada o de delitos relacionados con drogas. Muchas fueron presentadas ante los medios de comunicación como “criminales” inmediatamente después de haber sido obligadas a “confesar” los delitos. La mayoría procede de entornos de ingresos bajos y, por tanto, hay menos probabilidades de que pueda costearse una defensa efectiva.
Por medio de asesinatos extraoficiales, tortura, desaparición forzada y abusos físicos aplicados a discreción por las fuerzas armadas,
Esta situación de pobreza generalizada (cuyas cifras varían entre el Coneval, con 55.3 millones, y expertos del Colegio de México, con 100 millones contabilizados),
Aun así, la tecnología de frontera se asemeja más a un embudo que a una barrera. A pesar de que la construcción de un muro fronterizo de 3 200 km de largo entre Estados Unidos y México forma parte de la tendencia global ante la amenaza del terrorismo,
Desde la década de 1980 está en marcha en todo el mundo la reelaboración de los riesgos y amenazas para las sociedades hegemónicas [...] Estados Unidos de América y la Unión Europea, crean un conjunto de tratados y acuerdos de cooperación que, con la ayuda de países subalternos, “taponan” los procesos migratorios desde su lugar de origen.
Dicha externalización se apoya tanto en tecnología militar empleada en Afganistán para localizar talibanes
Mientras que en las divisiones geopolíticas las fuerzas armadas y la tecnología militar controlan los flujos migratorios, en las ciudades se descarta a grupos enteros mediante un proceso polimorfo de diferenciación biopolítica. Éste deja al 21.5% de la población más pobre fuera del sistema de salud pública,
Estos dispositivos de control “tienden cada vez más a existir [...] en los límites extremos de las grandes unidades estatales, como relación de violencia o de amenaza.”
Ante las actuales crisis climáticas, económicas y humanitarias, aparece la figura de la sociedad civil. De acuerdo con la ONU, ésta constituye “el tercer sector de la sociedad, junto con el gobierno y las empresas.” Su papel de socia es esencial “para impulsar avances en los ideales de la Organización y supone una ayuda en sus labores.” Además, mediante el Fondo de las Naciones Unidas para la Democracia, puede financiar proyectos que “refuercen la voz de la sociedad civil, promuevan los derechos humanos y fomenten la participación en los procesos democráticos.”
Finalmente, la frontera es una red biopolítica de control que asegura el bienestar de la población aislando y erradicando las amenazas que se gestan en su interior. De acuerdo con Michel Foucault, el poder sobre la vida se estructura de dos formas principales: el cuerpo máquina y el cuerpo especie. Este biopoder opera mediante “la inserción controlada de los cuerpos en el aparato de producción y mediante un ajuste de los fenómenos de población a los procesos económicos.”
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En el apartado “Quiénes somos” del portal de #VibraMéxico, se describen el origen y la misión del movimiento. También se incluye una lista de las asociaciones civiles que lo respaldan. Ver
Adam Gabbatt, “Activism in the Age of Trump: Meet the Leaders of the Grassroots Resistance,”
Hans-Martin Jaeger, “UN Reform, Biopolitics, and Global Governmentality,” 57.
Beatriz Preciado,
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